Según la nutricionista Valeria Abarza Aguilar, aunque elegir los alimentos adecuados y respetar las porciones es importante, que los padres den el ejemplo en casa es fundamental para que el niño aprenda a alimentarse correctamente.
El último informe sobre obesidad infantil de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), no solo reveló que los índices respecto al tema siguen en aumento y que los niños ingresan al sistema escolar con altos niveles de obesidad, sino que también destacó que la Región del Maule es una de las zonas más críticas del país.
Si bien, la pandemia es uno de los factores que ha hecho que los números hayan aumentado de manera preocupante. Lo cierto es que revertir la situación depende en gran parte de mejorar los hábitos alimenticios que los niños tienen en sus hogares y en el colegio.
«Si los papás tienen una alimentación deficiente, o una alimentación que esté basada en ultraprocesados, que no coman frutas ni verduras y que no tomen agua, el niño no va a tener el ejemplo de que estos alimentos deberían estar en su alimentación», explica Valeria Abarza Aguilar, nutricionista en Body Vives, Sport Gym y Eleam Dr. Mario Muñoz Angulo.
A lo anterior se suma el hecho de que para la colación escolar muchas veces, por falta de tiempo, los papás optan por productos envasados altos en azúcares, grasas y sodio, en vez de alternativas más saludables.
«Los alimentos que se deberían elegir son los que aportan agua, vitaminas, minerales y una moderada cantidad de calorías dependiendo en qué etapa escolar esté el niño», aclara la nutricionista, quién agrega que las opciones más recomendadas son «las frutas, lácteos descremados, cereales integrales y frutos secos, este último excepto en preescolares por riesgo de asfixia».
Es importante también que lo que se le envíe a los niños al colegio sea variado para evitar que se aburran. «Por ejemplo, un día fruta, al siguiente un lácteo, luego un lácteo y un fruto seco o un pan integral con jamón de pavo», señala la especialista.
Uno de los principales errores, comenta Valeria Abarza, es «pensar que los niños quedan con hambre o que las porciones deben ser más grandes para que queden satisfechos, no es así. La idea de mandar una colación por cada recreo ya está mal, porque debería ser una para la jornada de la mañana y otra para la tarde», ya que su función principal, aclara, es evitar que el niño llegue con tanta hambre a una comida principal.
Finalmente, la profesional recomienda que los niños tengan una adecuada ingesta de agua, ya que ayuda con la hidratación y sensación de saciedad. Además, es fundamental respetar los cuatro tiempos de comidas principales: desayuno, almuerzo, once y cena, prefiriendo siempre alimentos saludables y considerando las porciones recomendadas para un niño.
Y como sabemos que cocinar algo diferente a diario no es tarea fácil, les dejamos un dato. En el sitio web de UNICEF es posible descargar el libro El Sabor del Crecer Sano. Se trata de un texto que reúne recetas creadas por 19 chefs de América Latina, quienes realizaron una selección de productos frescos y locales para la elaboración de comidas que se puedan realizar, degustar y disfrutar en familia.
Por: Gabriela García Cáceres