Diputado Urrutia arma otra polémica: Pidió homenaje para Pinochet y sus escoltas a 30 años de atentado

El parlamentario por Parral y Cauquenes, ya famoso por este tipo de intervenciones a favor de Pinochet y su dictadura, dijo que el homenaje se justifica porque están vivos «quienes mataron a varios escoltas de Pinochet» en esa época.

El diputado Ignacio Urrutia (UDI) pidió este miércoles en el Parlamento tributar un homenaje al dictador Augusto Pinochet al cumplirse el trigésimo aniversario del atentado que sufrió el 7 de septiembre de 1986.

El homenaje, según el parlamentario gremialista, se haría extensivo a los escoltas del dictador fallecidos en el ataque cometido por guerrilleros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
Urrutia, ferviente partidario de la dictadura, pidió la palabra para homenajear a «mi general Pinochet», cuando comenzaba una sesión para debatir y votar una acusación constitucional contra la ministra de Justicia, Javiera Blanco.

El parlamentario argumentó que el homenaje estaba justificado porque «están vivos todos los asesinos y quienes mataron a varios escoltas de Pinochet en aquella época».

«Incluso el autor intelectual está aquí, en la Cámara», añadió, apuntando con el dedo al diputado y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier.

El presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, dijo que no era posible porque el tema no estaba en tabla y según el reglamento debía presentar la solicitud con 24 horas de antelación, ante el enojo de Urrutia.

Los hechos hace 30 años

Pinochet regresaba a Santiago tras pasar un fin de semana de descanso en una de sus casas situada en la localidad de El Melocotón, en el Cajón del Maipo, cuando su comitiva fue atacada por un comando del FPMR.

Cinco escoltas del general murieron y otros doce resultaron heridos y Pinochet escapó con vida gracias a la habilidad de su chófer y además porque un cohete «low» que dio en la ventanilla de su automóvil blindado no estalló.

«Me salvé gracias a la Virgen», comentó posteriormente Pinochet.

Tras el atentado, se declaró el estado de sitio en todo Chile, además del toque de queda, pese a lo cual agentes de la CNI secuestraron y asesinaron a varios opositores en las horas siguientes.

Uno de los asesinados fue el periodista José Carrasco Tapia, editor internacional de la revista opositora Análisis, acribillado con 17 disparos en el cráneo junto a la muralla de un cementerio de Santiago.

Fuente: La Nación

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