Cinco miembros del ex enclave alemán situado en Parral, cómplices de Paul Schäfer, comenzaron -este martes- a cumplir sus penas de cárcel en el CCP de Cauquenes.
Esposados y con la cabeza inclinada hacia el suelo subieron este martes, a las 15:10 horas, a un carro de la Unidad de Servicios Especiales Penitenciarios de Gendarmería (USEP) cuatro de los seis condenados por complicidad en violación de menores, abusos sexuales, negación de entregar menores y sustracción de menores en la ex Colonia Dignidad.
Gerhard Mücke Koschitzke (79), Gunter Schaffrik Bruckmann (53), Dennys Alvear Henríquez (53) y Kurt Schnellenkamp (85) llegaron en forma voluntaria al Juzgado de Letras de Parral. Pasado el mediodía, fueron notificados de sus condenas por el ministro de la Corte de Apelaciones de Talca, Hernán González, quien dictó el cúmplase de las sentencias. Los detenidos quedaron recluidos en la cárcel de Cauquenes.
Gerd Seewald Lefevre (92), condenado como cómplice en violación, sustracción y negación de menores, no concurrió ayer al tribunal, por lo que el juez dictó una orden de aprehensión en su contra. A las 21:45 horas -del mismo martes- fue detenido en la vía pública, en Parral, y luego fue trasladado hasta el cuartel de la PDI. Ayer fue puesto a disposición del juez, para ser notificado de su sentencia.
También se dictó orden de detención en contra del médico Hartmut Hopp, quien huyó a Alemania en 2011.
A las 9:45 horas llegó Alvear, actual jefe de seguridad de Villa Baviera, condenado como cómplice de violación, abuso sexual y negación de menores. «Nunca he sido cómplice de algún delito de Paul Schäfer (…) Lamento que los jueces hayan dictado sentencia en base a testimonios falsos», afirmó entre lágrimas. Luego lo hizo Kurt Schnellenkamp, condenado por complicidad en la violación y abuso sexual de menores.
Más tarde, en compañía de su esposa Erika Tymm (53), llegó Schaffrik, cómplice en la violación y abusos sexuales en contra de menores, sustracción y negación a entregar menores.
Allí recordó los delitos que dijo haber sufrido en el ex enclave alemán: «Del 60 al 2002 vivimos bajo el régimen de Schäfer. Fue la época más dura, con torturas y abusos. Vivimos una niñez cruel, separados de los padres, con torturas físicas».
Justo al mediodía, con su esposa Brigitte Baak (79), apareció Gerhard Mücke, condenado a 11 años de prisión. «No me siento culpable de nada, por eso me quedé en Chile (…) Las cosas de las que se me acusa fueron ordenadas por un jefe directo y nosotros obedecimos», dijo.
El abogado querellante, Hernán Fernández, quien representa a 11 víctimas -dos de ellas fallecidas-, dijo que es el cierre de un ciclo. «Fue una exitosa investigación, larga (14 años), difícil, con obstáculos, pero con un resultado: la sanción en contra de los jerarcas de Dignidad, quienes durante décadas permitieron y facilitaron abusos de tanta gente inocente», expresó.
Fernández, además, explicó que existen terrenos hipotecados de la ex Colonia Dignidad que garantizan el pago de indemnizaciones a las familias y las víctimas.

