Un importante intercambio educacional y cultural se efectuó en la comuna de Chanco entre los alumnos del Liceo Federico Albert, una delegación de la escuela Pascual Iacarini y la Universidad Nacional de Cuyo. Ambos establecimientos provenientes de la ciudad de San Rafael, Argentina.
En la ocasión, los alumnos trasandinos pudieron disfrutar de la naturaleza y los diversos atractivos turísticos de la comuna y alrededores. Momento en que conocieron la labor que realizó Federico Albert, como también la belleza arquitectónica de Chanco y el patrimonio que representa la caleta de Loanco.
Patrimonio cultural que se pretende rescatar con la implementación de la segunda especialidad educacional del Liceo. “Servicio Turismo” busca ser una alternativa real, para que los alumnos se desenvuelvan en una de las actividades más importante de la provincia, y que en la ciudad es de mucha relevancia. Todo lo anterior, debido a los diversos atractivos con los que cuenta.
Sin embargo, como parte fundamental en la enseñanza que impartirá la nueva rama, se encuentra el turismo enológico. Veta que se trabaja de la mano con profesionales, gracias a una alianza estratégica para la educación y desarrollo entre el Liceo Federico Albert y la Ruta de los 25 viñateros.
“A través de esta unión hemos recuperado algo del patrimonio cultural de nuestra provincia. La idea es abrir nuevos horizontes para los alumnos, para que ellos puedan cumplir objetivos que muchas veces parecen imposible”, agregó Ricardo Canales, profesor del Liceo Federico Albert.
Soñadores
El primer gran paso que realizaron los alumnos del principal establecimiento educacional de la comuna, fue la elaboración de un vino llamado “Soñadores”. Producto que pronto saldrá al mercado y tendrá el sello de los estudiantes.
“Este vino es un producto realizado con cepa país, que trata de rescatar la identidad propia de nuestra comuna y que es realizado gracias al apoyo de la ruta de los 25”, manifestó Canales.
Para poder desarrollar esta iniciativa los alumnos debieron trabajar en la viña Rucachoros. Lugar en el que los productores transmitieron sus conocimientos a los jóvenes.
Para Gastón Luna, empresario y Vitivinicultor de Cauquenes, toda alianza genera un grado de compromiso y responsabilidades. Virtudes que se deben entremezclar con el medio y la política, además de legitimar a la gente de campo para no perder nuestras identidades.
“Chanco está fuerte, empoderándose de la provincia de Cauquenes. Nos agrada que hayan llegado con nosotros para hacer esta alianza e integración para la proyección de los oficios que estamos trabajando. Así validamos y recuperamos nuestras identidades, paisajes y lugares que sin duda nos enriquecen culturalmente”, agregó.
El abrazo de Maipú
Con el objetivo de intercambiar experiencias y homologar conocimientos en cuanto a la vid se trata, se realizó la visita de los alumnos de la escuela Técnica Agraria Pascual Iaccarini y estudiantes de Enología y Viticultura de la Universidad Nacional de Cuyo.
Para José María Di Fabio, director de la escuela sanrafaelina, estas pasantías permiten que los escolares aprendan, comparen y diferencien las distintas formas de la elaboración de la producción local.
“Me parece fabuloso este tipo de iniciativa. Son distintas formas de producción, ellos absorberán todos esos conocimientos y les servirá para su formación. Me parece interesante el contacto con el medio ambiente que tiene”, sostuvo.
Según Nicolás Pérez, estudiante de la Universidad Nacional de Cuyo, es sorprendente la elaboración del vino tan distinto. Lo anterior, por la forma innovadora de fabricarlo donde se rescata la cultura e identidad de la zona.
“La gente nos ha tratado muy bien, nos sentimos halagados. Hay muchas maneras de trabajar el vino, en particular llama la atención como lo realizan acá. Es interesante la aceptación del consumidor”, finalizó.


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La imagen del encabezado del reportaje, es una bodega que se realiza como proyecto de titulo de la escuela de arquitectura de la Universidad de Talca. Y la verdad es que me genera bastante molestia ver al Sr. Gastón Luna, lucrando política y personalmente de un proyecto en el cual ha tenido cero participación. Es más, la verdad es que no se como se digna a señalar palabras como compromiso y responsabilidades, cuando en el inicio de este proyecto se comprometió a un sin número de ayudas y finalmente todo quedo en nada, solo palabras. Hoy, lo veo feliz y radiante visitando la bodega con una delegación de argentina, lucrando con el trabajo de otros. Lamentablemente creo que el reportaje hace alarde de algo que dista mucho de la realidad. La foto muestra algo que fue un esfuerzo personal y familiar y que demoro 10 meses en ejecutarse, mientras el Sr. Luna como gran gestor de la ruta de los 25 estuvo sentado cómodamente en su casa. Se despide atte. Patricio Merino Mella, alumno de arquitectura de la UNIVERSIDAD DE TALCA.
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