Ministro Cruz-Coke entregó reconocimiento Tesoros Humanos Vivos a Loceras de Pilén

La convocatoria 2012 de Tesoros Humanos Vivos, programa del Consejo de la Cultura que busca reconocer a comunidades e individuos portadores de tradición, fue todo un éxito con un record en las postulaciones recibidas. En la categoría comunidades destacadas fueron premiadas las Loceras de Pilén, las Arpilleristas de Lo Hermida y la Bandita de Magallanes.

En una de las terrazas del cerro Santa Lucia en pleno centro de Santiago, el Ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, encabezó esta mañana la ceremonia de reconocimiento público a los nuevos Tesoros Humanos Vivos del país, cultores de tradiciones de los más diversos rincones. Hasta el lugar llegaron las artesanas Dilia Lara y Delfina Aguilera de la comunidad de Loceras de Pilén (Cauquenes), a recibir el reconocimiento de manos del secretario de Estado.

“Este reconocimiento contribuye directamente a la toma de conciencia en nuestra sociedad de que existen personas y comunidades que actúan como guardianes de conocimientos ancestrales que debemos ayudar a proteger. Tesoros Humanos Vivos en su cuarto año de existencia, ha contribuido a que se genere esta tan necesaria valoración, además de ofrecerle a la ciudadanía la oportunidad de conocer tradiciones que de otra manera bien podrían haber sido víctimas de aislamiento y el inexorable olvido”, destacó el titular de Cultura.

De esta forma, y tras una exitosa convocatoria pública con 165 postulaciones recibidas, un comité de expertos decidió otorgarles el título de Tesoros Humanos Vivos a tres individuos y tres comunidades portadoras del patrimonio cultural inmaterial, sumándose a los 14 reconocidos desde 2009, año en que comenzó a implementarse este programa y que recibió 78 candidatos.

Artesanía

La artesana y presidenta de las Loceras de Pilén, Dilia Lara, se mostró emocionada al recibir este reconocimiento de manos del Ministro. Indicó que hace más de 50 años que trabaja en la greda y jamás se imaginó que su labor tendría esta distinción a nivel nacional. “Mi mamá y mi papá eran muy pobres así que nosotros no fuimos al colegio, así que al verla aprendimos y ya a los doce años comencé a dedicarme a la artesanía en arcilla y en eso me quedé. Había gente que sólo sabía hacer cosas redondas, y no de esos zapatitos largos así que me dediqué a enseñarles cómo hacerlo”, manifestó.

Aunque a sus dos hijas les inculcó el estudio y prefirió que no se dedicaran a esta labor, una de ellas (la mayor) como profesora en una escuela se dedica a enseñarle a sus alumnos el trabajo en greda, del que sólo supo a través de la observación, porque Dilia insiste en que nunca dejó que se dedicaran a eso, salvo a ayudarla a pulir.

En este sentido, la directora regional de Cultura, Irene Albornoz, indicó que este reconocimiento debe llenar de orgullo a la Región del Maule, sobre todo, porque en tres años consecutivos comunidades de la zona han recibido la distinción Tesoros Humanos Vivos. “Contamos con una riqueza importante de patrimonio cultural inmaterial que es necesario poner en valor y resguardar. Nuestros artesanos son de primer nivel y es por eso que buscamos incansablemente el reconocimiento de la artesanía maulina y mejorar la calidad de vida de nuestros cultores”, aseguró.

Distinción

En esta cuarta versión del programa creado por Unesco e implementado por el Consejo de la Cultura, se entregaron 3 millones de pesos a cada individuo, y 7 millones a cada comunidad, consolidándose como la más importante distinción en el ámbito del patrimonio cultural inmaterial, reconociendo la trayectoria de cada uno de los Tesoros Humanos Vivos y su entrega desinteresada hacia la comunidad.

El Ministro Cruz-Coke, destacó que “cada una de las personas reconocidas hoy está al centro del alma nacional y son el corazón latente de nuestro pueblo. Todos ellos son representantes de un capital humano de valor incalculable, una parte fundamental del patrimonio inmaterial que pertenece al conjunto de los chilenos. Es por eso que los reconocidos son la encarnación viva de nuestra riqueza y diversidad cultural; algo que como chilenos nos inspira a llevar la cabeza en alto, mucho más allá de nuestras fronteras”, puntualizó.

El jurado estuvo integrado por un comité de expertos provenientes de diversas disciplinas: el sociólogo especializado en antropología cultural, Bernardo Guerrero; la licenciada en historia y Doctor en Historia del Arte, Olaya Sanfuentes, el representante de la Oficina Regional de Educación para América latina y el Caribe de Unesco, Andrés Pascoe; el antropólogo especializado en temas de cultura, patrimonio y museología, Rafael Prieto; el Coordinador del programa Patrimonio Cultural Indígena de Chile del Consejo de Monumentos Nacionales, César Millahueique; y el Encargado del Programa de Lenguas Indígenas de Conadi, Necul Painemán.

Por: Sergio Moya Clavijo

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