Sentada en un cine de Buenos Aires, vi a mi querido Cauquenes. No fue un espejismo sino la pura verdad.
Fue en una muestra de video-minuto. Se trata de pequeños cortometrajes con esa duración. ¡Qué pericia la de algunos! ¡Hacer una película en 60 segundos!.
Vi la historia de unas ovejas que, cual turba de personas se atropellaban para entrar en su corral de piedras y protegerse del frío…En otra, una paloma se quedaba sin alimento luego que se lo llevara un camión de basuras que recogía desperdicios…Y también a una señora malas pulgas que regañaba a su marido por no saber limpiar la alfombra…
De pronto, la pantalla se puso negra y apareció en tremendas letras: Maria E.
Ubicada en la última fila, pensé en la fantasía de ver en imágenes la historia de mi vida.
Y vino la magia: laderas de espinos secos siguieron al sugerente título. Las mismas eran copia exacta de los campos secos de Cauquenes.
No me atreví a creer que algún cineasta se interesara en registrar nuestras lomas.
Pero las imágenes mostraron una escuela. Y casi se me escapa un grito en medio de la sala: ¡Yo conozco esa escuela!.
Busqué en vano algún cartel o señal que confirmara esta corazonada que me hizo saltar del asiento, evento que no sucedió. Seguramente fue invención mía…
Tan sólo en unos par de segundos, me concentré en la chica que aparecía en pantalla… María E. ¿María Elizabeth, como yo?…Tal vez es María Estela, María Eliana o María Elena…Mala cosa llamarse María.. Somos demasiadas.
La joven, de unos 14 años, morocha y bajita, se me parecía. Caminaba entre espinos para ir a estudiar. Al atardecer, regresaba cabizbaja y se encerraba en su cuarto a dejar que los pajaritos poblaran su cabeza…y en la única frase que dijo, se acordó de alguien…
-“¿Adivina quién me llamó anoche?”- preguntó a su compañera de clase sin esperar respuesta…
-“Mi papá”…- aseguró, conveciéndose a sí misma que ese extraño hombre era en realidad suyo, que reaparecía tras una larga ausencia, y la amaba.
Al rato se encendieron las luces y me tuve que limpiar las lágrimas. Me atacó la nostalgia y pensé…Estoy volviéndome loca: ¡me reflejo en mi tierra en un cinematógrafo!.
La verdad siempre es más simple de lo que uno piensa y al poco rato supe que, efectivamente, el realizador del video filmó esas imágenes en el mismo Cauquenes…
Otro maulino soñador, como un caracol con su casa, caminando con el único universo que le pertenece y procura comprender. Y, a través de la magia del cine en formato ultraveloz, que todos conozcan las singularidades de su hermosa tierra del Chile más profundo.


Hermoso texto !!! Muy buena historia!!! Gracias!!!
Fernanda Robledo
Lima, Perú
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yo tambien lo vi!!! me pasó lo mismo…Maria E…Maria Elisa…
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