Durante el año 2008 un total de 68.882 delitos fueron recepcionados por las nueve fiscalías de la región. De esa cifra 3.975 casos se derivaron a la Unidad Regional de Atención de Víctimas y Testigos (Uravyt), luego de la evaluación de riesgo que realiza el Fiscal que tiene en sus manos la causa teniendo presente el daño emocional asociado al delito y el riesgo de peligro para la víctima o testigo.
Las cifras dan cuenta que:
– el 96,2 % corresponde a víctimas y 3,8 % a testigos
– Mujeres víctimas atendidas por la URAVYT fueron 3.100 (78%)
– Hombre víctimas atendidos por la URAVYT fueron 875 (22%)
De este total los mayores de catorce años son 3.510 personas y los menores, de esa edad, 862.
Una de las principales atenciones están orientadas a las víctimas por casos de Violencia Intrafamiliar (VIF).
El 2008 un total de 1.483 mujeres fueron acogidas por la URAVYT disponiéndose apoyo psicológico, entrega de mecanismos de protección como alarmas o teléfonos celulares y en los casos más graves trasladadas junto a sus hijos a hogares de la red asistencial o, como se ha presentado en algunas ocasiones, disponiendo el pago de sitios donde pueda permanecer alejada del imputado. Todo esto sumado a otras medidas que resuelve el Tribunal.
Otros de los delitos que representa una atención especial para éstos profesionales son los sexuales. En total 743 personas están siendo o ya fueron atendidas, lo que corresponde a un 18,7 % del total de casos que se reciben en esta unidad especializada de la Fiscalía.
Otras de las importantes tareas de la URAVYT es prestar apoyo a las víctimas y testigos en la preparación y acompañamiento al momento de presentarse ante un Tribunal. Aquí ha sido vital el respaldo y acogida que entregan los profesionales psicólogos y asistentes sociales cuando la gente tiene que enfrentar al victimario. Un total de 183 personas durante el 2008 recibieron esta atención.
Para el Jefe de la Unidad Andrés Lyon García «está claro que las derivaciones de personas a nuestra unidad aumentaron en un 10% en comparación al 2007. Esto tiene que ver – asegura – con la convicción de que la gente se está atreviendo a denunciar, lo que calificamos como positivo, pero es fundamental que aquí también actúe lo que he llamado la Coordinación Comunitaria de Protección. Es decir, el entorno social de una víctima debe atreverse también a denunciar un hecho cuando toma conocimiento de éste.»
Por: Jaime Troncoso
