¿Qué pasa con nuestro patrimonio cauquenino?

#OPINIÓN: Para destruir el patrimonio arquitectónico de una ciudad hay dos formas, una pasiva, la cual consiste en la completa inactividad o el hacer nada, y una activa, donde, conscientemente y disponiendo de recursos, se destruye el patrimonio. En el caso de la construcción de los baños de la Plaza de Armas de Cauquenes, estamos en presencia de la segunda.

Existen diferentes formas de dañar el patrimonio arquitectónico de una ciudad. En Cauquenes hemos sido testigos de una forma de destrucción pasiva, como fue el caso de la Escuela Dr. Francisco Meza. En este caso, la inactividad de las autoridades, y de nosotros mismo, los ciudadanos de Cauquenes, que no realizamos ningún tipo de presión a nuestros líderes para recuperar aquel espacio emblemático de nuestra ciudad, terminaron con la completa destrucción de este.

Lamentablemente, existe una forma activa de destruir el patrimonio, la que es aún más perversa que la completa inactividad. Me refiero a la intervención consciente y planeada del patrimonio existente, lo cual tiene como resultado la destrucción de este. Este es el caso del proyecto de la construcción de los baños públicos impulsado por la actual administración comunal.

Durante esta semana, en este medio, fue publicada la noticia de la aprobación de los fondos por parte de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), para la construcción de infraestructura pública (baños) en la Plaza de Armas de Cauquenes. El proyecto de construcción de baños públicos en el corazón urbano de nuestra ciudad es una muy buena iniciativa porque contribuye con infraestructura pública al desarrollo de nuestra ciudad. Lo lamentable y perverso, del proyecto presentado, es que estamos siendo testigos de la destrucción del patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad.

El kiosco de la Plaza de Armas de Cauquenes es uno de los pocos edificios patrimoniales que todavía existen en nuestra ciudad. Además, por su tamaño, diseño y construcción, es un edificio único a nivel nacional, de una belleza insuperable. La misión de nuestras autoridades, y de todos los ciudadanos de Cauquenes, es preservar este patrimonio. El Kiosco fue construido a mediados del siglo XX. Esta construcción es un vestigio y un símbolo de un periodo de la historia, no solo de la historia de Cauquenes, o Chile, sino de la humanidad. Los materiales, y el diseño del kiosco son un testigo de cómo las personas vivían y veían el mundo hace más de 70 años. Alterar esta obra arquitectónica, lo podríamos catalogar como un crimen urbanístico, o un atentado criminal al patrimonio. Podemos discutir el mal gusto del proyecto presentado, pero lo que no está en discusión es que la construcción de los baños en la parte posterior del Kiosco destruirá por completo el sentido y la belleza del Kiosco de la Plaza de Cauquenes.

Como ejemplo de una decisión arquitectónica perversa, como el proyecto de la construcción de los baños presentado por la actual administración comunal, sería construir en la entrada de la Iglesia de San Alfonso un techo. Podemos decir que el techo protegerá a las personas en un día de lluvia. Además, el techo se podría hacer con materiales, colores y diseño parecidos, pero no cabe duda de que ese techo destruiría por completo la fachada de nuestra querida Iglesia, y no solo destruiría la facha, sino que el edificio completo perdería la belleza y prestancia que posee. Esto es lo mismo que se pretende hacer con el proyecto presentado por la alcaldía con el Kiosco de la Plaza de Armas. O como ha popularizado un conocido arquitecto en sus programas de patrimonio y arquitectura en distintos canales de nuestro país, al Kiosco de la Plaza de Cauquenes se le agregará un “cototo”.

Podríamos acusar de falta de conocimiento a las personas que diseñaron la propuesta presentada, pero para su pesar, no hay que viajar a una capital mundial del diseño como Helsinki, o hacer un tour por distintos países europeos para ver y aprender como se puede intervenir un espacio público de la mejor manera posible. Lo terrible, es que las respuestas se encuentran a 50 km o un poco más de 100 km de distancia. Las ciudades de Quirihue, Coelemu y Chillán cuentan con baños públicos en sus respectivas plazas. Las autoridades de estas ciudades resolvieron el problema de la forma menos invasiva. Destaco el caso de Chillán, donde la construcción que alberga los baños públicos de la plaza de armas de esa ciudad no daña el espacio público o un edificio existente en dicha plaza. La administración comunal de nuestra ciudad debería viajar a Chillán, ver el proyecto de esa ciudad, y rectificar el proyecto cauquenino, el cual destruirá un símbolo arquitectónico de nuestra ciudad.

Toda autoridad comunal desea y anhela escribir su nombre en la historia de la ciudad a la cual lidera, y que mejor que con la construcción de una obra pública de importancia que sea recordada. Esto sucede desde el tiempo de los romanos, solo como dato, el gran Coliseo de Roma fue iniciado por el Emperador Vespasiano, y fue terminado por su hijo, el Emperador Tito. Ambos, fueron conocidos como Divinos, según Suetonio, en la Vida de los Doce Césares. La construcción de los baños públicos en la Plaza de Cauquenes, y la resultante destrucción del patrimonio arquitectónico, en este caso el Kiosco, lamentablemente no dará el título de Divina a la administración comunal actual.

Por: José Gerardo Moya, Doctor en Química, Física y Catálisis de la Universidad de Utrecht, Holanda. Académico e Investigador.

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