El rector del San Agustín confirmó la transformación del Centro de Formación Técnica a una entidad sin fines de lucro.
Tras aprobarse esta semana, en el Congreso, la ley que permite que los Centros de Formación Técnica (CFT) e Institutos Profesionales (IP) se transformen en personas jurídicas sin fines de lucro sin perder su autonomía y acreditaciones, el Rector del CFT San Agustín, Sergio Morales, confirmó que esta casa de estudios optará por este cambio en su personalidad jurídica.
Recordemos que, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Presupuesto de la nación para 2017, y que está a pocos días de aprobarse en el Parlamento, éste es uno de los requisitos para que sus alumnos puedan acceder a la gratuidad en el período 2017. Además de ello, las instituciones deberán tener cuatro años de acreditación y contar con un sistema de admisión, requisitos que ya cumple el CFT San Agustín.
“Sigue siendo el fin que buscamos como institución. Y, hoy día, los organizadores de nuestro CFT están dispuestos a hacer el proceso de transformación y, de hecho, ya tenemos creada la fundación que va a ser la nueva figura jurídica que va a acogerlo”, manifestó la autoridad educacional.
Consultado sobre su evaluación de la versión final del texto, luego de meses de tramitación y discusión, Morales agregó que “para nosotros, lo que era la forma y fondo del proyecto de ley, esto es, permitir un vehículo que nos transformara y que jurídicamente permitiera reconocer los derechos históricos que tenemos y, a su vez, que hiciera el tránsito de los bienes y obligaciones que tenemos a esta nueva organización, se recoge en este cuerpo legal”.
“Estamos contentos –declaró Morales– porque recoge un largo anhelo de nuestro CFT. Hace más de diez años solicitamos al Ministerio de Educación nuestra transformación a una institución sin fines de lucro. Sin embargo, en esa oportunidad se nos indicó que se necesitaba una ley especial, puesto que de hacerlo bajo la actual legislación perderíamos todos los derechos y reconocimientos, como lo son la autonomía y la acreditación. Por lo tanto, si hubiésemos cambiado, habríamos provocado un perjuicio a los alumnos porque no podríamos haberles entregado el mismo servicio, que se basaba en ciertas condiciones y capacidades que habríamos perdido”.
La autoridad del plantel concluyó que, gracias a esta nueva ley, las organizaciones que la usen para transformarse en instituciones sin fines de lucro podrán dar una clara señal a su entorno de que sus organizadores sólo van a tener como objetivo único mejorar el servicio e invertir para entregar mejor calidad a quienes deseen estudiar con ellos.

