El consumo generalizado de alcohol en nuestra sociedad, vinculado sobre todo entre la población juvenil al ocio y los fines de semanas, supone en muchos casos un abuso y/o uso inadecuado de esta, en cuanto tiende a aparecer como algo cotidiano dentro del espacio de diversión, por ende, se trata de una práctica naturalizada como parte de la socialización que experimentan los jóvenes dentro de ese contexto.
No obstante lo anterior, la banalidad de las prácticas sociales no determinan las conductas sociales, considerando a los jóvenes como sujetos con capacidad de decisión, informados y concientes de las consecuencias del consumo de alcohol.
A pesar que los resultados de la Séptima Encuesta Nacional de la Juventud (2012) evidencian que el porcentaje de consumo de alcohol juvenil en nuestra región ha experimentado una disminución estadísticamente significativa en comparación con los resultados del 2009, existen datos preocupantes: el promedio de consumo de alcohol de un joven en una noche es de 5 vasos, lo que evidentemente es un exceso, 3 de cada 10 jóvenes dice se ha subido a un vehículo motorizado conducido por una persona que ha consumido alcohol, el 7,2% de los jóvenes dice haber conducido un vehículo motorizado luego de haber consumido alcohol.
Bajo este escenario, como Instituto Nacional de la Juventud de la Región del Maule, hacemos un llamado de atención a los jóvenes, para que tengan conciencia y actúen responsablemente para prevenir muertes y accidentes causadas por el alcohol, recalcando que el alcohol y la conducción no deben mezclarse y si algún joven va a consumir alcohol pase las llaves o vea con antelación otro medio de transporte. En este sentido, el esfuerzo de las autoridades y Carabineros de Chile no sirve de nada si no existe un esfuerzo de los propios jóvenes por evitar hechos lamentables en estas Fiestas Patrias: “Por un 18 inolvidable, que no se te apague la tele”.

