Gobernación de Cauquenes, toma cartas en el asunto para dar respuesta ante tal situación de emergencial ambiental.
La saturación de las plantas decantadoras de aguas servidas y la carencia de agua potable, que afecta directamente a los habitantes de Chovellén, rebotó en la gobernación.
Tal situación se gestó tras el desborde y paralización de los servicios debido a la mala administración del Comité de Agua Potable Rural de Chovellén, organismo comunitario a cuyo cargo está la gestión de ese sistema, quien descuidó su funcionamiento con mala administración, dando paso a serios desperfectos derivados de la falta de mantenimiento de las procesadoras de aguas servidas.
Allegado a este grave inconveniente, también los transformadores eléctricos que dan paso a la generación de energía para mover la planta, por intermedio de sus motores y dotar a la vez del vital líquido a los pobladores, se quemaron, razón por la cual Emelectric los retiró del lugar y además por el no pago del consumo por parte de los integrantes del Comité de Agua Rural.
Burocracia
Luego de denunciar el vecino y ex docente de la Escuela de Chovellén, Juan Espinoza Vallejos, el complejo problema, los habitantes en su desesperación concurrieron al Municipio de Pelluhue para que los ayudara para salir de tan delicada instancia, comprometiéndose ayudar a los habitantes, contratando camiones limpia fosas, auxilio que nunca llegó.
El clamor llegó a la gobernadora Angélica Sáez, autoridad que ante la complejidad buscó una salida: comprar a través de la ONEMI los dos transformadores que ocasionaron la falla, adquisición aprobada hace más de 15 días por el organismo, cuyo costo total es de 3 millones de pesos, los que deben egresar desde la Subsecretaría del Interior, sin que hasta ahora se haya concretado debido a las clásicas tramitaciones burocráticas.
Mientras tanto…
Mientras la orden de compra de la ONEMI recorre los intrincados caminos de la burocracia, los moradores de Chovellén siguen sin solución, cuya molestia se ha hecho sentir nuevamente. Pero esperan los afectados que dentro de estos día se haga presente el alivio definitivo a sus males.
En el intertanto las excretas, líquidos mal olientes, impactan en las narices de los chovelleninos, quienes dicen angustiados: “Señor danos su fortaleza”, ante ese profundo problema.
Fuente: La Prensa
